sus luces, sus redes inalámbricas,
sus avances tecnológicos
y el asombro que
y el asombro que
sentía por tanta belleza, se ha ido.
El brillo del oro
es la esencia del dolor
pues ha dejado de ser metal
y se a convertido en el hambre, el susto, la muerte.
todo cuanto hay (como decía mi abuelo)se lo ha llevado el diablo.
Por eso hoy en la cercanía de Dios
veo como el mundo se cae a pedazos y
de la mano de Jesus busco entre los escombros
a quienes aun gustan del amor...
A esas piedras vivas que edifican nuestro regreso a casa.
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