Escrito
por: palabra limpia
Aun puedo
recordar el momento aquel que DIOS toco
mi corazón. Vivía para entonces en un cuartito prestado, atiborrado de muebles
viejos. La obscuridad que albergaba aquel lugar parecía cargada de un olor
rancio y apestoso. Me encontraba literalmente en el abismo.
Había traicionado a mi esposa, a mi hija y también
a mis ideales de hombre bueno e
inteligente. La realidad había caído sobre mí de tal manera que no podía dejar
de sentirme una porquería.
Sumido en
la desgracia y apunto de la locura; esa noche CLAME A DIOS pedí que me ayudara
porque yo no podía dirigir mas mi vida. Entonces JESUS hizo algo que nunca
olvidare me pidió que navegara mar adentro y que lanzara la red para pescar. A
la mañana siguiente desde lo más
profundo de mí ser arrojé mi red: hable
con mi esposa y le pedí perdón. Fue entonces que presencie el gran milagro. Dios me devolvió a mi familia ese
mismo día.
Los días siguientes fueron un mar de
experiencias grandiosas, mi red estaba
llena de bendiciones. Mi corazón se inflamaba de gozo al hablar de Jesús. Había
encontrado un amor sincero. Estaba profundamente enamorado de DIOS y de todo
cuanto tocaran sus manos. Sentía que flotaba en una nube de felicidad nunca
vista. Todo era color alegría; todo me parecía bello DIOS ME AMABA Y YO A EL.
Al igual
que Pedro en la barca de mi vida, caí
postrado y atemorizado por su poder. Jesús me tomo de la mano y me dijo no
temas sígueme YO HARE DE TI UN PESCADOR DE HOMBRES. No olvidare esos momentos nunca los olvidare ¡CLARO QUE SI¡ dije tempestivamente YO TE
SEGUIRE SIEMPRE.
Este
escrito está dedicado a aquellas personas que han perdido el rumbo de su primer AMOR, A quienes en su caminar nuevamente se sienten
vacios y sin esperanzas. A todos aquellos que han perdido la pasión por los
propósitos de DIOS. A quienes al leer la biblia pareciera que Dios ya no les
habla. A los que se sienten estancados, y faltos de crecimiento. A quienes
su vida cristiana ha caído en desanimo y en depresión pues lo único que
han recibido son problemas, el rechazo de sus familiares, sus amigos se han ido
y hasta el perro le ladra como si fuera un desconocido.
El texto
bíblico que vamos a estudiar ha sido muy estudiado por muchos hermanos y hay
una gran variedad de perspectivas muy enriquecedoras y edificantes. Yo tratare
de expresarla desde mi propia experiencia. DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE.
Juan
21
Después de esto, Jesús se manifestó
otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:Estaban
juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea,
los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.Simón Pedro les dijo: Voy a
pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en
una barca; y aquella noche no pescaron nada.
No sé a ustedes en que magnitud JESUS se ha manifestado en
sus vidas en momentos que nosotros
preferimos vivir de acuerdo a nuestras propias fuerzas y nos embarcamos
nuevamente a las empresas del mundo.
Nos aferramos a nuestros empleos como si
dicho trabajo fuese nuestra fuerza redentora, nos aferramos a nuestros bienes,
a nuestros viejos ideales de superación personal y salimos a la vida a
pescar con la firme convicción de
encontrarnos con abundantes resultados. Pero al final de la jornada y de los
grandes esfuerzos terminamos más vacios que nunca. Imagínese tanto
esfuerzo para nada. Su esposa no lo
comprende, sus hijos no lo respetan y por si fuera poco su madre y su padre lo
juzgan de poco carácter, esto sin contar que su patrón no valora sus
aportaciones y esfuerzos. Vacios y muy solos
buscamos alguna escapatoria en algún versículos de la biblia para que
nos salve de todo este desastre y caminamos a la reunión de la iglesia con
nuestra mente atiborrada de tantos problemas: que si el recibo de luz, que ya
se acabo el gas, que la escuela de los niños… que al terminar la reunión se da
cuenta que no hay un solo pescado uno solo pescado que lo reanime.
Cuando ya iba amaneciendo, se
presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. Y
les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. El les
dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron,
y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.
Dice la biblia que DIOS al que ama disciplina.
Tenga por seguro que CRISTO no le va a permitir rendirse. EL una y otra vez y
todas las veces que sean necesario nos gritara: Echad
la red a la derecha de la barca
Quizá en estos momentos que lees estés escuchando su voz:
Hay algo en ti que recuerda esa forma de hablar,
quizás estés recordando aquel milagro que sucedió algunos años cuando fuiste
salvo. Tal vez te encuentres aturdido es por eso que tratas de ver en la distancia
quien es aquel cuya voz te parece familiar y vuelves a escuchar pero esta vez
con más claridad la voz que te dice:
Echad
la red a la derecha de la barca
Es tiempo de dejar de luchar con nuestras
fuerzas, es hora de entregar las necesidades básicas de la vida a quien SI PUEDE hacer el milagro de
resolverlas y proveer. Es hora de dejar de cargar preocupaciones, presiones
familiares, laborales, amorosas. Es hora de darle nuevamente la dirección de
nuestra vida a JESUS. Basta de penas y sin sabores, basta de presiones en la
escuela, en el trabajo. Basta de cargar a tus hijos , a tu esposa , a tus
amigos, y toda las deudas que parecen carcomer tu vida; solamente mi querido
hermano o hermana echa la red a la derecha como te lo está diciendo Jesús en estos
momentos y hallareis tantos pero tantos
pescados como bendiciones a tu vida.
Entonces aquel discípulo a quien Jesús
amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se
ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.
Y los otros discípulos vinieron con
la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como
doscientos codos.
Cuando por fin uno escucha y obedece a la
voz que nos grita desde la orilla de nuestras vidas. Nuestro corazón vuelve a
latir con gran intensidad, tan rápido como la primera vez que Jesús obro
sobrenaturalmente sobre nuestras vidas.
Volteamos hacia todos los lados buscando
quien ha sido el causante de tanta bendición. Asombrado de pies a cabeza
escuchas que te dicen tus hermanos “ES EL SEÑOR” ¡claro! No podía ser otro. Es
entonces que volvemos a sentir la pasión
, el entusiasmo. Nuestros sentimientos se desbordan en una sola dirección;
queremos una sola cosa: ir hacia EL
Nos
ceñimos la ropa pues hemos estado
desnudos todo este tiempo sin JESUS y nos echamos a nadar. Hay una prisa por volver a él, por
su presencia y sobre todo por su amor sincero. Lo hemos extrañado tantas veces
en nuestros momentos de angustia que no podemos esperar que la barca llegue a
la orilla.
Mientras vamos hacia el pensamos en lo mal
que nos hemos portado, en las veces que lo hemos traicionado, en nuestra
obstinación de hacer nuestra propia voluntad y por dejar que el desanimo nos
ganara la partida, mas no importa
sabemos de su amor, de su
misericordia ,de su amplitud para perdonar , nadamos con fuerza sin voltear a
tras esta vez no nos convertiremos en estatua de SAL.
Al descender a tierra, vieron brasas
puestas, y un pez encima de ellas, y pan.
10. Jesús
les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar.11. Subió
Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y
tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió.12. Les
dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle:
¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor.
13. Vino,
pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado.14. Esta
era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de
haber resucitado de los muertos.
A Jesús no le importa tanto lo que
acabábamos de pescar y sin embargo nos dice ”traed los peces” no hay mejor
alimento que el mana que proviene del cielo. Los peses que habíamos pescado
habían sido provistos como añadidura del acto de obedecer a su llamado. Jesús
quería ir mas allá de las necesidades básicas de la vida; por eso nos dice; venid y comer, el mismo había preparado
el alimento que cambiaria nuestras
vidas.
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón
Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor;
tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.
16. Volvió
a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió:
Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
17. Le
dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de
que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes
todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
Por fin después de tanto tiempo estamos frente a frente con Jesús, no podemos
escapar de su mirada amorosa y sus preguntas cargadas de sentido.
¿Me amas más que estos? Los 153 peces
están frente a nosotros rebosantes, los miramos con alegría, son bendiciones
económicas, de sanidad, de prosperidad, de abundante paz. Al fin y al cabo
nosotros salimos a pescar buscando proveer nuestras necesidades de comodidad y estabilidad. Pero las palabras
de Jesús redarguyen en nuestro interior”
me amas más que estos”
Volvemos a ver los peses y entendemos
perfectamente lo que nos pregunta Jesús.
Que si amamos mas las bendiciones que a EL.
Titubeante contestamos que si le amamos y él
contesta: apacienta mis ovejas
Tres veces nos hace la misma pregunta. Me
amas?
La tercera vez entendemos por completo el
porqué JESUS nos pide que apacentemos sus ovejas y es que la palabra de DIOS es una espada que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos. Jesús quiere que nos comprometamos nuevamente con él, a seguirlo con
un corazón sumiso como lo habíamos prometido años antes cuando hizo el gran
milagro de nuestra salvación: quiere que nos entreguemos a las personas y
vivamos para los demás de la forma que él se entrego para la salvación de
muchos.
Jesús nos habla del amor cuando nos manda a ser pescadores de
hombres y solo el amor a CRISTO puede
motivarnos a amar a los necesitados y a los oprimidos; ser luz para aquellos
que mueren por un abrazo, por una frase de consuelo, por alguien que los ame sin esperar nada a cambio.
Pedro encontró por fin el camino que lo llevaría a vivir una vida
de plenitud en el amor del SEÑOR, nunca más lo dejaría se abrasaría a él con
gran fuerza que su primer AMOR permanecería hasta el final de su vida. Había
encontrado nuevamente el rumbo la verdad que lo haría libre.
Corramos hermanas y hermanos , corramos con tal fuerza hacia nuestro salvador,
rencontremos con él, corramos que la prisa de su amor nos espera, corramos como
si fuera el ultimo día de nuestras vidas. Que cuando lleguemos; JESUS nos abrasara, nos dará
de comer el alimento eterno que da vida. Nos dará su amor incondicional y nos
llevara a vivir una vida llena de bendiciones, pues cuando el amor triunfa
dentro de nosotros no hay barreras que puedan con el.
Corramos hermanos corramos para reencontrarnos con nuestro primer
amor.
6 comentarios:
Vìctor Manuel Ake Kantun
Bonita historia, claramente nos damos cuenta que solo con la ayuda de Nuestro Dios podemos encontrarle sentido pleno a nuestra vida.... SALUDOS Y QUE DIOS LOS SIGA BENDICIENDO EN TODO MOMENTO
Mariah De La Mora-Espinosa
QUe hermoso... corramos todos a los brazos de Jesus... Gracias hermano bendiciones abrazos y besos.
Dafne Marisol Huizil Romero
osii correre con muchas ganas y deseos de abrazarlo y decirle cuanto le amo ami Dios y salvador♥♥
Flor Maria
Gracias hermano por tomarme en cuenta y compartir este mensaje tan bonito , a quien ire si no a ti Señor , asia donde correre si solo tú Señor nos recibes con los brazos abiertos , hoy necesito correr asia ti mi Señor y Salvador Jesucristo ! bendiciones !!!
PRECIOSO RELATO, GRACIAS ESPIRITU SANTO POR DIRIGIR ESTAS PALABRAS
Nayeli Hernandez Gonzalez
PRECIOSA HISTORIA, SOLO DIOS ATRAVES DE SU ESPIRITU SANTO PUDO HABER DIRIGIDO ESTO. AMEN
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