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EL PURO AFECTO DE SU VOLUNTAD



Entre charcos de orín, yace la desgracia. Se le puede ver con su traje nauseabundo y sus ojos sin gracia. Transeúntes pasan al lado de ella y escupen su piel purulenta de la cual hilos de pus se le desprenden.

Así yace la desgracia entre los rincones de la ciudad. Su corazón enmohecido no pide más; hace mucho dejo de saber quién es. La única certeza es el lastre que carga a cuestas: años y años de soledad.

Hasta las ratas huyen al verle, pues al caminar sus huesos crujen como rompimiento de cráneos de pájaros ¿quien se apiadara de ella? Es un fantasma que hace mucho tiempo murió y hoy vaga entre sombras espesas y pesadas que la cubren como si fuera un parasito.

Por las noches la he visto llorar y he visto salir de su pecho parvadas de cuervos y las lagrimas que ruedan son arañas negras y peludas picoteando sus afligidos sueños.

Encorvada como anciana decrepita, con sus huesos molidos por dentro, la veo cual vil gusano arrastrándose en la humedad del suelo mojado y así las horas pasan a sorbos amargos quemándole las entrañas como fuego.

Hoy decidí visitarla; ungir con aceite su piel deshidratada. Apenas puedo tocarla pues todo su ser es una llaga. Le soplo mi aliento y gotas de colirio le desprenden de los ojos, costras de sarro y miedos.

Las escamas de su cuerpo las quito con mi amoroso acento y todo aquel cuerpecito endeble que un día fue la desgracia se mueve otra vez con gracia y aunque es fétido su olor, limpio su hediondez con mi sangre derramada
                                                   Justo en el milagro de mi amor.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Lindo en verdad! Es una buena forma de empezar el domingo al recordar la infinita misericordia de Dios y el amor de Jesucristo. Y que esto también nos rete a ser dignos embajadores del Señor en este mundo, pues ante tanta necesidad, somos nosotros, los cristianos, quienes debemos de "mostrar" el amor de Cristo a través de nuestras obras. Dios te bendiga!
ADRIANA