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admiradores de vasijas



 ESCRITO POR PALABRA LIMPIA
1.  
Efesios 4:22: En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está VICIADO conforme a los deseos engañosos, 

Hemos vivido engañados; siguiendo un camino que no es JESUS. Nos han inculcado sutilmente a tener devoción por  el circo, la pantomima y las representaciones grandilocuentes dentro de la iglesia. Nos incitan a presenciar milagros  a suplicar señales tangibles para  llenar  de fe nuestro morbo; queremos ver demonios que salen echando espumarajos de la boca. Queremos profecías y más profecías, UNCIONES DE TODOS COLORES.

Aplaudimos vívidamente a aquellos hombres  que nos alimentan con su destreza  y no con la PALABRA DE DIOS.

LA IGLESIA SE HA CORROMPIDO  Y SE HA TRANSFORMADO EN ADORADORES DE VASIJAS DE BARRO  Y NO DEL TESORO EN SU INTERIOR EL CUAL ES DIOS.

Basta ver los congresos y las convenciones, como los hermanos se lamen el ego  unos a otros. Han hecho de la sencillez del evangelio un mundo de esnobismos donde lo que sobresale es el barro  y no la excelencia del poder de DIOS.

Es importante que reflexionemos hacia donde esta puesta nuestra confianza; en nuestras habilidades.  Nuestra predicación se respalda en la elocuencia, nuestro amor hacia los hermanos  descansa en nuestra estrategia  doctrinal.

No nos engañemos hermanos mientras no nos despojemos del viejo hombre nuestra espiritualidad será un sepulcro blanqueado, viviremos admirando nuestros vicios, enalteciendo a los hermanos por sus carismas.
No olvidemos que no fuimos llamados a regocijarnos en el barro sino en EL SEÑOR
Lejos de edificar con esa actitud   permaneceremos en ruinas
ya lo dijo el salmista: Salmos 127
1 Si Jehová no edificare la casa, 
En vano trabajan los que la edifican; .

Demos Gloria a quien en verdad la tiene y caminemos con sencilles de Corazon.

1 Corintios 2
2:1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 
2:2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 
2:3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 
2:4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 
2:5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. 


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