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SOBRE LAS AGUAS DEL MAR



Sentí  desfallecer, las estrellas se habían convertido en hojas secas  y la luna blanca y luminosa como un faro, colgaba tenue y sin luz en mi corazón. El mundo nuevamente me intimidaba y el ruido que emanaba de la ciudad aturdía mis sentidos. No sé qué paso; hasta hace un instante te miraba fijamente  a los ojos y caminaba  decidido hacia a ti. Pero el sonido de los cláxones, las noticias en la radio, la cotidianidad como un torrente de aguas negras en las horas que pasan y las mil y una noche de la modernidad me hicieron titubear, es por eso que me hundo en las aguas de mis propios miedos, siento ahogarme. Es entonces cuando  tu brazo fuerte y amoroso me saca,  de mi falta de fe

1 comentario:

Esdras Mendoza dijo...

Muy bella actualizacion de lo que le paso a Pedro...Dios nos tiende su mano fuerte.