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LA ÚLTIMA DECISIÓN

He vivido dentro de mi corazón durante 55 años de mi vida y a través de los años la sangre que bullía entre las venas, era un rio de aguas negras llenas de desperdicios. En sus paredes había mudas expresiones de dolor simulando cadáveres de peces muertos. En cada palpitación sueños enteros eran derribados y bajo los escombros solo se podía escuchar un rechinar y crujir de dientes.


Fue mi corazón en todo este tiempo, refugio de fieros animales y de insectos ponzoñosos y a pesar de su insignificante tamaño la soledad no logro cubrir el gran espacio que el silencio había ocupado.

Duro como el pedernal, mi corazón tenía la potestad de acabarlo todo. Maldije, robe, mentí y arrebate la felicidad de otros habida y por haber. Sucio de recuerdos y de horas en desasosiego cerré puertas y ventanas. Mucho tiempo viví enclaustrado en mi corazón hasta dejar que las telarañas del tiempo tejieran mi desgracia.

Por eso ahora frente al frasco de veneno hago un recuento de mis logros y no veo más que sombras en el camino. Reconozco que más que un ser vivo, soy un trapo inmundo que merece morir.

Es así que abro el frasco y no vuelvo la mirada atrás. Sé que la decisión que tome hace unas horas es la correcta. Pienso en mi esposa y en mis hijos y las lágrimas cubren mi rostro. Pero a pesar de tanto dolor me siento libre y con un gran gozo en el alma.

Vierto el veneno en el interior del excusado. En un tiempo hubiese acabado con mi vida fácilmente, mas hoy no es así. Pues ya no vivo yo; mas vive Cristo en mí.

1 comentario:

Ann dijo...

:')
impactante lectura... porque por gracia somos salvos....por medio de la Fe :)
salud0oos!